Paperman ha sido unos de los protagonistas de la noche de los Oscar, donde como en ediciones anteriores no ha faltado glamour, trajes caros, y joyas de incalculable valor. La alfombra roja ha reunido en el Teatro Dolby a los mejores profesionales de la gran pantalla, para recibir los premios más famosos del panorama cinematográfico.
La edición número 85 de los premios, pasará a la historia de Disney, ya que además que conseguir el Oscar al mejor cortometraje por Paperman, la factoría también ha conseguido un premio a la mejor película animada.
Brave, así se llama la premiada es una producción de Pixar Animation Studios y ha tenido que competir con largometrajes como “Frankenweenie”, “Paranorman, una historia de fantasmas”, “Piratas» Una loca aventura” y “Ralph, el demoledor” para conseguir la preciada estatuilla.
La mágica batuta de Jhon Kahrs
Bajo la dirección y supervisión de Jhon Kahrs ha logrado un hueco en el cada vez más saturado mercado de las películas de animación. Además de lograr el Oscar, también ha obtenido otro galardón, un premio Annie.
Kahrs quiso agradecer con estas palabras el premio que muchos querrían tener en su estantería y tener la oportunidad de sacarle brillo de vez en cuando: “Gracias a la academia, a todos en Disney, a mi productora, el elenco, todos lo hicieron mejor de lo que lo imagine. A mi esposa e hijos, los veré esta noche”.
Gran éxito en las redes sociales
En las redes sociales también triunfa «Paperman, aviones de papel», y esta es una de las maneras más fáciles de medir el éxito de las producciones. En estos momentos, en Facebook cuenta con más de 43000 seguidores y casi 3000 personas están hablando sobre ello.
La historia
La historia de nuestro personaje, está ambientada en la ciudad de New York en los años 40. Todo comienza cuando por una ráfaga de viento, varios papeles salen volando. Uno de ellos, termina manchándose de carmín de una guapa señorita que espera la llegada de un tren.
Con la desilusión de que probablemente nunca más vuelva a verla, se queda mirando por la ventana, pensativo y triste. Entonces se da cuenta de que en el edificio de en frente está ella. Intenta hacerle señales de su presencia lanzando aviones de papel, incluido el que se ha manchado de pintalabios, pero ella no se da cuenta.
Entonces ocurre el milagro, un giro inesperado. Todos los papeles lanzados salen del callejón donde han caído y sirven de guía para que los dos vuelvan a encontrase donde comenzó todo: en la estación de tren.