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Exclusivo alojamiento para los más cosmopolitas.

¿Te gusta el lujo? ¿Lo tuyo son las grandes ciudades y siempre ha sabido que te sentirías como pez en el agua en la Gran Manzana? Entonces si viajas a Disney Paris no lo dudes, el Hotel New York es el lugar adecuado para ti.

Cuatro estrellas de lujo y glamour en este hotel que recrea algunos de los lugares míticos de esta ciudad de cine. A tan solo diez minutos andando del parque no tendrás que molestarte siquiera en esperar uno de los numerosos autobuses que hacen el recorrido.

Podrás sentirte como una auténtica estrella.

Comienza el día con un completo desayuno buffet continental para coger fuerzas y recorrer el parque sin dejarte ninguno de sus rincones. Además de muchos servicios incluidos en el precio hay una gran variedad de servicios de pago adicional tremendamente útiles si quieres darte un auténtico lujo: a la noche puedes disfrutar de un relajante baño en una de sus piscinas o de su maravilloso spa mientras los niños quedan a cargo de una niñera en una de las salas de juegos o incluso acudir a la peluquería. Y si queréis sentiros como Paris Hilton por un día tenéis la oportunidad de alquilar una limusina para acercaros al centro comercial Val d`Europe y fundir la tarjeta de crédito.

Escoge entre sus habitaciones estándar decoradas estilo art decó o sus lujosas suites a la altura de los más sibaritas. Si te decantas por esta última opción tendrás derecho a VIP Fastpass que te permite acceder a la zona de Fast Pass sin cita previa. Antes de dormir podrás disfrutar de una auténtica cena con sabor neoyorquino y tomar un elegante cóctel en el bar.

O podrás gozar de muchas ventajas a un buen precio.

Y si lo tuyo es disfrutar del sabor de la Gran Manzana pero no necesitas grandes lujos, el Hotel New York ofrece fantásticos precios en habitación estándar para toda la familia. Son muchas las comodidades que puedes disfrutar en el precio básico y el desayuno está incluido en el precio de la habitación.

Al estar tan cerca del parque es muy práctico si viajas con niños ya que incluso puedes regresar para la comida y dejar que duerman una pequeña siesta si las emociones matutinas han sido demasiado intensas para ellos. No perderás a penas tiempo en estos desplazamientos y además te sentirás tan a gusto en el hotel que no te importará pasar un poco más de tiempo en sus instalaciones.

Tiempos para la lírica

De acuerdo: como decían, allá por 1983, Germán Coppini, Teo Cardalda, Pablo Novoa y Luis García, son “Malos tiempos para la lírica”. Sí, sí: El cuarteto era “Golpes Bajos” e hicieron historia en los ochenta vigueses y españoles, pero eso no viene al caso.

Lo que sí parece venir a cuento es el título de su primer y casi principal éxito -con permiso de media docena de auténticos temazos, como “Fiesta de los maniquíes” o “Escenas olvidadas”, por ejemplo-. Y es que, nos guste o no, la lírica parece que no tiene hueco entre colas del paro y primas de riesgo…

¿No?

¿Qué es más lírico que unos ojos brillantes? Pues que estos ojos miren con la inocencia de un niño. Y no me vengas con que es más lírica una pareja de la manita, paseando por un campo tralará-tralarito, porque esas tonterías bequerianas deberías haberlas superado cundo cumpliste lo dieciséis y te regalaron la primera moto, el primer viaje de fin de curso y el primer puñal al corazón (mírate en el espejo: verás qué cara se te ha quedado).

Un poco tarde, pero le ponemos los dos rombos

Al menos tal como yo lo veo, quizá porque con los años me voy haciendo más cínico y escéptico, la lírica, la verdadera poesía, se encuentra en un niño que aún piensa que Mickey Mouse y Minnie son amigos y juegan juntitos, que a Daisy le gusta que Donald se algo gruñón y no un maltratador psicológico…

… Y que el Tío Gilito no es un cabrón sin entrañas que vendería el alma de sus sobrinos (o lo que sean Jaimito, Juanito y Jorgito) a los Golfos Apandadores sin con ello se hiciese un poco más rico (¿Por qué se me viene a la cabeza imagen de ciertos banqueros?)

Me parece que los párrafos anteriores me han quedado más duros que el turrón de la cena de Nochebuena del Grinch. Bueno. Me temo que la vida te va endureciendo y que debería haberle puesto los dos rombos a este escrito. En fin, a tiempo estás de dejar de leerlo.

Si toda la familia se pusiera de acuerdo con Papá Noel…

Lírica. Justo la antítesis de lo que estoy escribiendo. Como la antítesis de lo que estoy escribiendo es la cara que se le queda a un niño cuando le dices que va a pasar el día 26 de Diciembre en Eurodisney.

Poesía pura es mirarlo a los ojos cuando salta y chilla de puros nervios para que le abran de una vez el parque. No hay letra ni canción que describa la sonrisa cuando ratón Mickey accede a fotografiarse con el peque…

Tal vez, en lugar de que Papá Noel dejara un regalo en casa de papá y mamá, otro la de unos abuelos, otro más la de los otros yayos… Tal vez, y sólo tal vez, Papá Noel podría reunir a toda la familia y decirles que este año sólo va a haber un regalo: unos días en Disneyland París.

¡Vaya! Al final parece que te has decidido a leerte todo el artículo…

Por qué gastarse algo más

Estamos de acuerdo en que alojarse dentro del resort de Eurodisney es más caro. Sin embargo, los hoteles de la franquicia siempre tienen clientela ¿Cómo es posible? ¿Por qué lo más caro, en esta ocasión, vende?

Pues… en mi opinión, visitar Eurodisney  y pernoctar fuera de complejo es como ir  Nueva York y alojarse en Nueva Jersey porque es más barato, o aspirar a conocer el Madrid antiguo, pero dormir en Majadahonda porque nos ahorraremos unos euros. Que no es lo mismo. Ni parecido.

Además, visitar los parques parisinos y no permanecer en sus instalaciones –entiéndaseme: hoteles- le resta muchísima magia a la experiencia, tanto a la hora de dormir como a la de despertarse, sobre todo si nos acompañan niños, sean pequeños o grandes.

Es lo mismo… pero no es igual

No vamos a negar que un hotel a unos pocos kilómetros de los parques te ofrecen los mismos servicios –algunos, más- que cualquiera de los que dependen o tienen un acuerdo con la casa Disney. Pero no nos equivoquemos: las ventajas los hoteles del resort son muy atractivas:

Por ejemplo, el Fastpass que nos evita todas las colas, las ofertas en las tiendas oficiales (cuyas adquisiciones, por cierto, nos llevarán al hotel si así lo requerimos) y los privilegios que adquiriremos por ser clientes de estos alojamientos están por encima del sobreprecio.

Por encima del dinero

Claro que, mucho más allá de las compras, de evitarnos colas, de descuentos y prebendas, se encuentra la magia: si nos acompañan niños pequeños o grandes, o si nosotros mismos no somos otra cosa que niños con la edad suficiente para reservar un hotel y el dinero para pagarlo, hemos de penar en La Palabra.

Es el Leitmotiv de cualquier lugar, producción o producto salido de La Factoría. La Palabra es “magia”. Alojarse en un hotel ambientado, pongamos por caso en el Viejo Oeste y que todo en él nos haga viajar allí va a incrementar exponencialmente la diversión.

Bufet libre de ilusión

Aunque he de reconocer que hay algo que me gusta por encima de todas las cosas, algo que activa mi “magiómetro” hasta ponerlo al rojo. Eso de levantarme, arrastrarme a la ducha y dejar que me caiga el agua encima (no considero que me estoy duchando si no soy consciente de la temperatura del agua) no me activa hasta que no me he metido un café y unas tostadas entre pecho y espalda.

El caso es que ver cómo Mickey Mouse me saluda mientras trato de distinguir el color y sabor de mi tostada, me alegra mucho el día y hace que pagar esos euros de más valga infinitamente la pena.

Eurodisney, quien ha estado lo sabe (III)

Algunos hemos sido afortunados y hemos tenido la ocasión de visitar el parque Disney de París. Quien no lo ha hecho debería considerarlo como una especie de Meca, a la que acercarse al menos una vez en la vida. Eso sí, debería ir tan informado como sea posible. Para ello, es muy útil visitar los abundantes foros que existen a lo largo y ancho de Internet.

Una de las ventajas de leer los foros es que se aprenden los trucos para diferentes finalidades. Y uno de los fines más habituales, con los tiempos que corren es el de ahorrarnos unos céntimos (vale: unos euros). De este modo, “Carlos 80” comentaba: “Nosotros estábamos en el hotel ese del oeste, en el que cada casa era una habitación. Las compras eran muy baratas para ser Eurodisney, nosotros es que llevábamos la cena todos los días, desayunábamos fuerte y comíamos cosas de perritos y cosas así, así que en comer no gastamos gran cosa”.

Eurodisney

Llegar pronto

Por cierto, dice Carlos: “Recomiendo, que si vais con coche que lleguéis pronto, porque si no os harán aparcar en el culo [SIC] del mundo del parking. Las famosas colas para sacar la entrada, y luego a disfrutar en el parque (…) echad mil fotos y recordad que hay atracciones que es mejor no visitar a no ser que vayáis con niños pequeños”

Por cierto, según Carmen, en este mismo foro: “si tenéis coche, otra cosa interesante, es que en el pueblo de al lado, hay un Champion, por si necesitáis víveres.” No deja de ser otra forma de ahorrar, y muy buena, por cierto.

Evitar el fin de semana es evitar aglomeraciones

Pero la manera ideal de ahorrar y, a la vez, maximizar la diversión es prever y adelantarse a los acontecimientos. Es Antonio quien comenta: “Lo que sí aconsejaría es en lo posible intentar evitar el fin de semana porque se peta y yo recuerdo haber esperado colas ese sábado y domingo de alrededor de dos horas para subir en cualquier lado, de hecho había cartelitos que te iban poniendo «desde aquí solo le queda una hora de cola»..sooloooo????????????? [SIC]”

El propio turista añade: “Y en cambio el lunes que también estuve pude montar en todo lo que quise sin esperar nada y varias veces.” Queda claro, pues que el parque se disfruta mejor entre semana y de forma más económica comiendo fuera. Los recuerdos y el merchandising, además, en la tienda del hotel donde nos alojemos.

Eurodisney: quien ha estado, lo sabe (II)

No todo podían ser buenas opiniones. Aunque hayamos tenido que rebuscar entre las miles de positivas, hemos dado con algo que, una usuaria, en un foro, ha dejado dicho que no le gustaba. Y, aun así dentro del contexto de una crítica muy positiva hacia el parque, sus alojamientos y sus servicios.

Esta mujer, que permanecerá en el anonimato, de modo que la llamaremos “María”, no porque nos lo haya pedido, sino porque no ha dejado trazas su nombre en el foro, se queja de la comida en Eurodisney y de los precios que deben pagarse por ella.

comida con goofy

Para empezar, María recalca que “Nosotros sólo comimos. No salimos a cenar a ningún lado. Llevamos cosas de aquí y cenábamos en la habitación. Cosa que recomiendo, porque solo de comer 2 días, 2 adultos y 2 niños 170 euros.”

Caro, pero previsible

Unos precios, por otra parte, que, añadimos, cabe esperar de un recinto como éste, un parque temático, ya de por sí caro, y más por serlo en una ciudad capital de un país cuyos sueldos y nivel de vida están por encima de los de España. En todo caso, no son los precios el motivo de queja de la madre de familia, que pasa analizar las comidas en sí:

La comida con los personajes de Disney la costó a la familia un total de 90 euros (30 por adulto y treinta por niño) y: “Nosotros comimos en el café Mickey. Un poco tongo [SIC]. Conocidos, salió [SIC] Mickey, Goofy y el genio. Vi a Pluto por unas mesas y desapareció, no llegó a nuestra zona del restaurante. El resto de personajes, un rey de Robin Hood ( creo), uno que yo no sabía quién era, que los niños me dijeron que era el ayudante del Capitán Garfio, el gato malo de Pinocho y no sé si alguno más.”

Un menú poco satisfactorio

En cuanto a la comida en sí, “El menú de los niños: macarrones y nuggets con patatas, agua o refrescos y barra libre de postre con muchas chuches. Esto son los 2 menús. Y de adulto, ensalada cesar yo, mi marido una cosa rara, luego dos bistecs de carne que sabía a quemado, 2 coca colas y 2 helados.”

EL caso es que, a pesar de todo, la familia decide que vale la pena volver a probar al día siguiente: “Habíamos reservado en la posada de la Cenicienta o algo así. Cola para entrar habiendo reservado. A mi marido le dio por mirar el menú, vino y me dijo, nos vamos. 55 euros + iva cada adulto y los niños 30 euros + iva. 192 euros comer!!!!! Por supuesto que nos fuimos jajajajja.”

Comida americana

La alternativa: “Comimos en el Planet Hollywood, en la [SIC] Disney Village, para ya irnos al hotel, porque el parque y los estudios estaban imposibles. 80 euros comer. Nuggets y patatas un niño el otro miniperrito caliente, hamburguesa mi marido y yo un rollo como de ternera. Bebidas. Y postre (helados) para 4.”

Es cierto que quien se acerca a disfrutar de la magia de Disney no suele reparar en gastos ni pensar en disfrutar de la alta cocina, pero tampoco estaría de más que los responsables del parque pensaran un poco más en el avituallamiento de los turistas y, sobre todo en moderar determinados precios, si es que quieren que el parque esté lleno de sonrisas, también a la hora de comer.

Eurodisney: quien ha estado, lo sabe (I)

Por mucho que estemos maravillados por las variadas atracciones del parque Disney en París o por la fantástica acogida de sus hoteles, nuestra opinión puede parecer –aunque no lo es- interesada. Es por eso que, en esta ocasión, hemos decidido “darnos una vuelta” por diferentes foros en la Red, al azar, a ver qué opinan quienes han estado en el parque parisino.

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Un ejemplo de viaje organizado

Una de las maneras de conocer y disfrutar de la franquicia Disney en París es a través de un viaje organizado. Como son muchas las posibilidades, vamos a tomar una como ejemplo. Se trata de una oferta real de una empresa cuyo nombre dejaremos aparte, por ser éste un viaje “estándar”. Nos quedaremos, eso sí, con su hoja de programación.

Obviamente, antes de realizar el viaje debemos contratarlo, aunque, por fortuna, la oferta para que nos lleven al parque de la franquicia Disney en París es amplísima. De este modo, no diremos cómo lo hizo cada uno de los viajeros, si a través de Internet, o en la agencia a pie de calle. Tampoco sabremos si obtuvieron descuentos por ir en grupo o cada cual se buscó el viaje por su cuenta… Sabemos que contrataron el viaje. Ya.

disneyland

Los usuarios de esta agencia, a la que llamaremos Daisytours (no se nos ocurría otro nombre) salían, el primer día del viaje, en dirección a Disneyland París, pasando la noche en ruta y con las paradas preceptivas durante el trayecto –como marca la ley y el sentido común-.

Llegada y toma de contacto

El día dos era el de llegada al hotel, distribución de habitaciones y, tras ello (¿¡sin descanso!?), el traslado al Parque, donde los turistas pasaban el día entero disfrutando de las atracciones y los espectáculos. En cuanto cerraba el parque todos al hotel.

El tercer día era el que Daisytours llamaba “Disneyland París con concierto”. Tras desayunar, se iban al parque en su autobús, donde podían acceder a los camerinos y ver como iba a desarrollarse el concierto del que iban disfrutar. A la hora indicada, el show. El resto del día, el grupo podía disfrutar por libre del parque.

Una visita a la capital francesa

Daisytours reservaba la cuarta jornada para para visitar París. Como poco tenía que ver con el parque, dejamos de lado esta jornada, diciendo eso sí, que los visitantes debieron de disfrutar mucho de la Ciudad de la Luz.

La quinta jornada se dedicaba a que cada cual se fuera por su cuenta al sitio del parque que más le apeteciera hasta la hora de partir. De nuevo, el viaje en autobús a lo largo de toda la noche.

No sabemos hasta qué punto llegarían o no descansados los clientes de esta agencia, pero de lo que sí estamos seguros es de que se trajeron un poco de magia en las cámaras de fotos y vídeo y mucha, mucha más en el corazón…