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Hotel Disneyland: la magia sin necesidad de entrar al parque

Es, probablemente, el hotel más lujoso y próximo a los Parques. De hecho se halla casi en la misma entrada del parque Disneyland, a unos tres minutos andando de los Walt Disney Studios. El local está ambientado como un cuento de hadas y, como del sueño de una de sus princesas, los servicios más exclusivos.

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Crush’s Coaster

En una palabra: maravillosa. En dos palabras: verdaderamente maravillosa. Se trata de una montaña rusa sin grandes sobresaltos ni velocidades de modo que la vamos a clasificar entre las “familiares”. La Crush’s Coaster se halla en torno a Walt Disney Studios Park.

Inaugurada el nueve de Junio de 2007, forma parte del parque Toon Studio Placemaking y es componente de un proyecto de ampliación y mejora de la zona que hasta entonces se conocía como “Patio Animación”.

atracción

Entramos a la atracción y atravesamos un escenario ambientado con sonidos de playa e inspirado en la película de Pixar “Buscando a Nemo”. Concretamente, el tema principal es la bahía de Sidney, donde Crush, la tortuga, y sus amigos nos invitan a montar en un caparazón para darnos una vuelta por algunas escenas memorables de la película.

En el fondo del mar

El paseo empieza con las conchas sumergiéndose. La primera parte es un paseo a oscuras que lleva a los invitados a la Gran Barrera de Coral, donde se encuentran con Nemo y Squirt. De nuevo emprendemos el viaje a las profundidades marina, allí a donde no llega La luz del sol.

Allí, peces luminosos y un submarino custodiado por un ejército de medusas y, como no, el tiburón Bruce y su pandilla… Que dan paso a la segunda parte de la atracción, con vueltas y sobresaltos –moderados- en las inestables aguas de los fondos australianos. El viaje termina con los caparazones volviendo a la bahía de Sidney entre los saludos de Crush y sus amigos.

Despliegue tecnológico

Otro factor que convierte a la Crush Coaster en muy atractiva es el tremendo despliegue tecnológico que La Factoría le ha incorporado: el ejemplo más llamativo es La proyección de vídeo digital que hace que, efectivamente, nos sintamos dentro de la película.

Como curiosidades, podemos añadir que en Noviembre de 2009, un joven se hizo daño al intentar salirse de atracción cuando ésta comenzaba a funcionar. Posteriormente, el chico diría que había tenido la impresión de que su arnés de seguridad se había roto.

De miedo

Y un último apunte: la noche de Halloween de 2010, las principales atracciones del parque fueron redecoradas con una temática de terror, de modo que Crush Coaster se convirtió en Crush’s Coaster : Avis de Tempête por una noche.

En todo caso, hablamos de una montaña rusa divertida en todos los sentidos en la que emoción proviene de la belleza de las imágenes que disfrutamos y del movimiento al que se nos somete, a partes iguales.

Hotel Cheyenne Disneyland Resort París: desenfunda, forastero

El nombre del alojamiento nos da importantes pistas de lo que podemos esperar de él. Ambientado en el lejano oeste, con sus maderas, cowboys, Saloon y toda la parafernalia imaginable que el cine nos ha dicho que corresponde  a la época y lugar.

Se trata de que niños y adultos vivan una experiencia diferente desde que cruzan la puerta del establecimiento. Nada más llegar, nos recibe el personal ataviado con vestimentas típicas del Far West. Se trata de una calurosa y, sobre todo, divertida bienvenida.

hotel cheyenne

Unos huéspedes privilegiados

Entre las sorpresas que nos vamos a topar en el Cheyenne se hallan los encuentros con diferentes personajes de la Factoría Disney, como Mickey, Minnie, Pluto… Aunque otro detalle que de verdad se agradece, al menos por parte de los adultos, es el desayuno gratuito en el Parque Disneyland una hora antes de la apertura oficial del parque.

La estancia en este establecimiento también ofrece entradas gratis para la discoteca Hurricanes del Disney Village, además del Shopping Service, que implica que nos enviarán de forma gratuita al hotel las compras que realicemos en el Disneyland Resort París.

No falta detalle

Más servicios pensados para la comodidad y el disfrute de los huéspedes: nada más llegar, se nos entrega el Carnet Disneyland Resort Paris, que puede usarse como medio de pago en los bares, restaurantes y tiendas de los parques Disney, así como en el Disney Village.

Entre el resto de servicios del establecimiento se encuentran una oficina de cambio, el bar y un restaurante. Por supuesto, contamos con una zona infantil y una tienda Disney  -no esperaríamos otra cosa-. Para completar la oferta, tenemos la zona de juegos exterior y la sala de videojuegos.

Dormir y comer

Son tantos y tan variados los servicios que ni siquiera hemos descrito las habitaciones, servicio principal, al fin y al cabo de cualquier hotel. Éstas cuentan con una cama de matrimonio y dos literas, cuarto de baño, teléfono, cadenas internacionales de televisión y radio y un ventilador en el techo.

Pero donde más se aplica el estilo Far West es en el Chuck Wagon Cafe, donde se imita una plaza de mercado de Texas  y donde disfrutaremos de un verdadero banquete de especialidades regionales.

En el Cheyenne Disneyland Resort Paris podemos, además de disfrutar de un alojamiento cómodo y pleno de servicios, vivir una auténtica aventura antes siquiera de entrar en as instalaciones del parque Disney parisino. Una aventura con sabor americano…

Big Thunder Mountain Railroad

El Tren de la Montaña del Gran Trueno (traducción al español del inglés original) es una montaña rusa interior/exterior dentro de un decorado que emula a una mina. Esta atracción puede disfrutarse en Magic Kingdom, Walt Disney World en el Disneyland Park de California y por supuesto, en los parques de la franquicia en París y Tokio.

La historia, aunque con variaciones según cada parque, se refiere a que hacia finales del siglo XIX se descubría oro al sudoeste de Estados Unidos, en la Gran Montaña del Trueno. De este modo, la pequeña población vecina se convirtió en una próspera ciudad minera. Pero lo que los colonos no sabían era que la montaña era un lugar sagrado para los indios y estaba maldita.

montaña

No mucho después, una catástrofe natural destruía las minas y la ciudad, que acabaron abandonadas. Tiempo después, se encontró a la locomotora y a los vagones recorriendo la montaña por sí mismos, sin maquinista ni personal. La atracción se construía para permitir a los turistas subirse al tren fantasma.

Todo “a juego”

Ni que decir tiene que todo cuanto rodea a la atracción está acorde con la temática: desde las estaciones, diseñadas para aparentar abandono hasta el decorado montañoso, basado en unos u otros monumentos naturales estadounidenses, según se haya elegido en cada parque.

La parte de la acción es diferente a la de las demás montañas rusas: si en éstas últimas la emoción reside en la sensación de volar, en la Montaña, lo divertido está en los intrincados túneles, que aparentan inestables, a punto de derrumbarse. Además, los efectos de sonido aportan un realismo tal que es difícil no creer lo que estamos viendo.

Si visitamos esta atracción en el parque de Disneyland, podremos hacer cola para entrar rodeados de un pueblo del Oeste a escala –que también se ve desde el tren-, con su saloon, su hotel o su tienda.

Una montaña distinta

Se trata de una experiencia muy recomendable, en tanto en cuanto podemos ver y vivir el salvaje Oeste de la fiebre de oro de una forma muy diferente como nos lo cuentan las películas o los libros.

Además, supone un concepto de montaña rusa muy diferente a aquel al que estamos acostumbrados, tanto porque en la atracción se nos cuenta un historia como por la forma en la que se aporta la emoción, basada más en tal historia y en cuanto vemos en la parte “lenta” que en el vértigo de la velocidad y la sensación física de volar.

Aladdin’s Magic Carpet

Todos deberíamos agradecer a los hados del cine que determinadas producciones fueran tan rotundo éxito: tal es el caso de Aladdin. Y es que gracias a que esta película derritió las taquillas de todo el planeta, se creaba, en 2001, Aladdin’s Magic Carpet. La alfombra mágica de Aladino, en español.

De hecho, y antes de seguir delante, hemos de puntualizar un detalle y corregir un error muy frecuente entre quienes han disfrutado de esta atracción o la han conocido y se empeñan en que se basa en una película de animación de Pixar, Flying Carpets over Agrabah: los propios responsables y los creadores afirman que no es así: que la inspiración de este vuelo se remonta a la ya clásica película de los noventa.

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Dicho esto, y para orientarnos un poco más, el mecanismo no es demasiado diferente del de Dumbo, the flying elephant, con los chicos de las primeras filas controlando la altura de las alfombras que vuelan en torno a una columna coronda por una lámpara mágica. El único detalle que no acaba de ser del agrado del público es lo breve de la diversión, que se acaba en noventa segundos.

El entorno, adaptado a la atracción

Quienes hayan visitado Adventreland previamente, pueden darse cuenta de que se han producido ciertos cambios. Y es quelas diferentes tiendas conforman un mercado similar al de la película de Aladino. Además, varios de los personajes se hallan entre los puestos para saludar al visitante y firmarle autógrafos. Extremo éste en el que asemeja a su gemela parisina.

Expansión mundial

Éxito de Aladdin’s Magic Carpet en Florida la compañía decidió abrir una gemela en París el 16 de Marzo de 2002, sólo que esta llamada Flying Carpets over Agrabah. En la sede parisina, la atracción se encuentra enclavada en un enorme escenario, cuyo telón de fondo es Ágraba. La rodean y actúan en su entorno diferentes personajes de la película.

Unos años después, se abría una nueva versión en Japón: el Tokyo Disney Sea, en el Tokyo Disney Resort estrenaba, el 18 de Julio de 2011 las Jasmine’s Flying Carpets, justo al lado del Viaje del libro de cuentos de Simbad.

Hemos conocido, pues, una de las más exitosas atracciones que se nos ofrecen en los parques Disney de todo el planeta. El motivo puede parecer que provenga del éxito de la película que la inspira. Y algo de eso hay, pero la Factoría no sería nada si no contara con una materia prima básica: la ilusión:

Montando en Flying Carpets over Agrabah parece que estemos a punto de oír a los protagonistas de la película cantando aquello de “… poderosa ilusión, sentimiento divino…” mientras un pájaro grazna krraaaak entre asustado y molesto. Ilusión…