Ilusión para quienes reparten ilusión

Nuestra ilusión es que cualquiera de esas vocecillas blancas cante, cándida: “¡Nosecuatomiiiiil eeeurooosss!” el próximo 22 de Diciembre. Hablamos de los niños de San Ildefonso, cuyas voces ponen banda sonora a los sueños españoles el día de la lotería de Navidad.

Todos los escuchamos, gastándonos mentalmente lo que nos tocaría si antes de la cantinela de todos los euros que vale el “Gordo”, el otro niño, el que está justo al lado, entona el número que llevamos en la mano o en la cartera. Ilusión, dicen que se llama.

Ilusión para quienes reparten ilusión

Lo malo de eso de la ilusión es que, cuanto más crecemos, más abarca la palabra y más se queda en eso, en una palabra, ya que los sueños, cuando se hacen complejos dejan de serlo. Hagamos memoria: no siempre fue así: ¿Qué sentíamos cuando nos anunciaban que iban a venir los Reyes Magos esa noche? ¿O cuando nos íbamos, simplemente, a ver una “peli” de dibujos al cine?

Cada edad tiene su ilusión

Pero hemos crecido y, para mal o para bien, lo que llamamos ilusiones suelen estar fuera de nuestro alcance o, como poco, de nuestro control. Por suerte, han seguido naciendo niños que conservan viva y dan sentido a la palabra.

Pues este artículo trata (ya era hora de ir desvelándolo) de quienes reparten ilusión con sus voces y de cómo la suya, sencilla como la de cualquier otro niño, se ha hecho realidad. En este artículo hablamos de cómo los niños de San Ildefonso, artífices de la realización de algunos sueños han hecho realidad los suyos.

Un viaje maravilloso

21 niños de la residencia –que no colegio- San Ildefonso de Madrid han viajado a Eurodisney, donde han sido protagonistas de la inauguración de la campaña de invierno de parque. Los pequeños eran recibidos en un ambiente decorado con personajes de Disney y tuvieron la ocasión de montarse en algunas de las atracciones más conocidas del parque parisino: Dumbo, Las tazas locas de Alicia, Space Mountain…

Durante la inauguración se producía el encendido de la iluminación del abeto de 24 metros de altura que cada año por Navidades saluda a quienes visitan el parque de la Factoría de la Magia en París.

Por cierto: el vuelo que los niños tomaron entre Madrid y París se realizó en un Boeing 737-800. Si no fuera porque es uno de los cuatro que Air France ha tematizado con motivo del vigésimo aniversario de Disneyand París, sería un detalle sin importancia. Claro que, a veces la ilusión surge de pequeños detalles: un número, una voz infantil…